Risotto con hongos

  • 20 grs de hongos secos remojados en 1 taza de agua (se usa el agua del remojo)
  • 2 cdas de manteca
  • 1 y 1/2 taza de arroz doble carolina o largo grueso o carnaroli (algún arroz de cuerpo ancho y NUNCA arroz parabolizado o de esos que no se pasan)
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 5/6 tazas de caldo, pref. de verduras
  • 1 sobrecito o cubito de saborizador de Hongos
  • 1/2 taza de queso rallado fresco o 1/3 de taza de queso rallado de paquete
  • sal a gusto
  • queso rallado extra para espolvorear


Derretir la manteca en una sartén hasta que haga una espuma blanca (ojo que tampoco tiene que quemarse). Echar el arroz de golpe en la manteca y revolver continuamente para «perlar» (se llama perlado porque se ve como el arroz se va poniendo blanco por efecto de la grasa de la manteca y el calor).


Agregar el vino, revolviendo todo el tiempo hasta que se evapore y se forme como una crema alrededor de cada grano de arroz.


Escurrir los hongos y reservar. Agregar el agua del remojo de los hongos con el saborizador de hongos disuelto adentro. Revolver inmediatamente para que el arroz tome color y bajar el fuego a mínimo.


Agregar dos tazas de caldo y cocinar a fuego bajísimo -revolviendo de vez en cuando- hasta que reduzca, probar el punto del arroz y sazonar.


Cuando el arroz se vea así -va a estar crudo, pero se va a ver cremoso y brillante- agregar los hongos cortados en tiras no muy chicas. Revolver.


Ir agregando caldo a medida de que se seque, revolviendo casi constantemente, hasta que al arroz le falten unos minutos. Digamos que cuando al probar un grano de arroz está cocido por fuera pero hace «crick» al moder el centro 😉
Agregar el queso rallado de golpe y revolver inmediatamente para que se derrita parejo y no se hagan grumos. Apagar el fuego y la sartén con la cuchara de madera para que se empareje el arroz.

Tapar inmediatamente para que conserve el calor y dejar reposar como mínimo 5 minutos para completar la cocción del arroz (recordar que se apagó el fuego antes del punto). Al terminar la cocción fuera del fuego, se asegura que el arroz no se pase ni se deshaga y -lo más importante- que no se abra y quede horrible.


Servir con un poco más de queso rallado por encima y grisines o tostadas para que lo crocante contraste con lo cremoso del arroz.

6 comentarios

  1. Mi secreto para cocinar arroz (siempre devorado por mis hijos & amigos) es uno: plantificarse delante del arroz para sacarlo cuando está rigurosamente «al dente». El mejor Carnaroli muere cuando se lo abandona a su suerte. El más modesto Doble Carolina resulta una delicia de granos amplios y hasta ordenados, si lo cuida cualquiera de sus amantes.
    ¡Fuera de aquí el arroz «que no se pasa»!

    1. Es el efecto sorpresa. Los comensales se cagarán de hambre o les saldrán granos de arroz hasta x el tujes!!!.
      Ahora en serio, yo siempre calculé un pocillo de café lleno hasta rebalsar por persona y al final de la cuenta se agrega 1/2 pocillo más.

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