Cuando compramos una plancha de hierro, de esas pesadas de fundición, tenemos que hacer algunas cosas para asegurarnos que no resulte tóxica y dure muchos años.
El proceso de curado de planchas de hierro es igual para las planchas lisas como para las planchas con acanalado. Estos pasos solamente sirven para las planchas de fundición, porque las de teflón llevan un proceso diferente que viene explicado en su propia etiqueta.
Hay que hacerlo en un ambiente ventilado porque el aceite al calentarse va a largar mucho humo y olor 😉 Tengan las ventanas de la cocina bien abiertas.
Lavar la plancha con detergente -como cualquier utensilio-, secar con un repasador y untar con aceite de ambos lados y el mango de madera. Llevar a la hornalla primero sobre el revés (como se ve en la foto) hasta que se queme el aceite y empiece a largar humo.
Dar vuelta la plancha hasta que se queme también el aceite de la base. Mientras tanto, ir limpiando el aceite quemado -que va a arrastrar el pavonado de fábrica que se coloca para que no se oxide antes de la venta-. Ir aceitando y limpiando con rollo de cocina hasta que salga limpio y repetir con el revés para quitar el pavonado de la base. Cuidado que pueden quemarse con el aceite caliente, utilizar mucho papel cada vez.
Dejar enfriar, lavar con detergente y volver a aceitar con una capa bien fina. Regresar a la hornalla para que se seque el aceite y, cuando se enfríe otra vez, quitar el excedente con más papel absorbente. Siempre después de su uso, lavar y recubrir con aceite para que no se oxide, incluído el mango de madera que si se reseca puede partirse.