Tallarines de morrones

  • 5 morrones chicos
  • 2 huevos
  • 1 chorrito de aceite
  • 750 grs de harina (puede ser un poco más o un poco menos de acuerdo al tamaño de los morrones y los huevos)
  • 1 cda. de pimentón


Quemar la piel de los morrones directamente en la hornalla para pelarlos y ablandarlos. Rotar los morrones hasta que la cáscara quede completamente quemada.


Cuando estén completamente negros, sumergirlos en agua bien fría para desprenderles la piel. En este momento, los morrones ya deben estar cocidos.
Frotarlos con los dedos debajo del agua hasta que se desprenda bien toda la piel negra.
Sacar completamente las semillas y nervaduras blancas de dentro de los morrones y dejarlos escurrir en un colador un buen rato.


Ponerlos en el vaso de la procesadora para formar la pasta.


Procesar los morrones de a poco, a poca velocidad.
Remover la mezcla para que la crema de morrones quede pareja hasta que quede tan fino que se pegue en el pico de la procesadora


Mezclar en un bol unos 600 grs de harina con el pimentón.


Hacer un hueco en el centro de la harina y agregar la pasta de morrones.
Agregar los dos huevos sobre la pasta de morrones.


Integrar la pasta de morrones y los huevos con la harina con una cuchara (para no ensuciarnos todavía los dedos…)
Agregar un chorrito de aceite a la pasta central y seguir mezclando con la cuchara.


Integrar el resto de la harina (agregar un poco más si la masa queda pegajosa a los dedos) amasar con la mano hasta que quede un bollo liso y dejar descansar un par de horas para que se pueda estirar más facilmente.


Dividir la masa descansada en 4 partes para estirarla. Ojo que cada uno de esos «mini bollos» va a terminar siendo graaaaaaande 😉


Estirar espolvoreando con harina. Cuidado de no agregar demasiada harina para que no se reseque la masa.


Espolvorear con más harina y enrollar desde uno de los extremos para formar una especie de tubo.


Cortar al medio con un cuchillo bien afilado para empezar a cortar los tallarines. Es MUY IMPORTANTE que el cuchillo esté bien afilado para no desgarrar la masa.


Cortar los tallarines lo más delgados posible, desde la parte más gruesa del rollo hacia el extremo de la masa.
Espolvorear bastante harina en una placa o algún recipiente grande y poco profundo para poner a secar los tallarines.


Desenrollar los tallarines y disponer separados en la placa. Entre cada «camada» de tallarines, espolvorear con un poco más de harina para evitar que se peguen.


Sacudirlos un poco para que se enharinen completamente y se separen, y dejarlos secar hasta que estén un poco rígidos. Si es un día (o una zona) con mucha humedad se puede ayudar un poco con el secador de pelo 😉 Antes de cocinarlos, sacudirlos bien para sacar el exceso de harina. Se cocinan en MUCHA agua hirviendo con sal y un chorrito de aceite. Colar y servir con una salsa suave para no tapar el sabor de los morrones.

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