Yo compro los pollos enteros, frescos, y los separo para hacer las diferentes recetas con pollo, y casi siempre me sobran las alitas 😀 Como mucho no se puede hacer con 2 alitas solamente, suelo ir guardando en una bolsita en el freezer las alitas que me van quedando de los pollos, cuando juntamos 4 o 6 alas, la cosa tiene otro color…
Además, las alitas de pollo son super baratas y, bien preparadas, pueden transformarse en una buena picada o «finger food» para acompañar una cervecita y un partido de fútbol -como no me gusta el fútbol, aprovecho para cocinar para las visitas mientras miran el partido-.
Cuando las alitas se vean como en la foto, sacar y dejar escurrir en una rejilla.
Las alitas como picada pueden acompañarse de las salsas clásicas como la de queso (que es I-DEN-TI-CA a la salsa de queso de los Mac & Cheese), la Búfalo Sauce que es un poco más picante, Guacamole, ketchup, aderezo en salsas o cualquiera de los quesos fundidos saborizados que se compran en el supermercado.
Al sacarle la piel a las alitas se sacrifica un poco que queden crocantes, cosa que se remedia en parte con la harina de maíz. Igual prefiero siempre sacarle la piel al pollo para que no quede tan grasoso -sobre todo hoy en día que los pollos parecen tan «antinaturales» 😉 Otra cosa importante: es bastante más sano freir en abundante aceite caliente y escurrir en rejilla -no papel de cocina porque se reabsorbe el aceite- que asar al horno con aceite por encima, ya que la materia grasa no se quema ni corrompe.